España es el noveno productor del mundo de este tipo de productos y el segundo en Europa que cuenta con mayor número de certificaciones orgánicas. Mucho de lo producido, eso sí, en torno a un 70%, se exporta, pero se espera que esta cifra vaya cada vez siendo menor debido al incremento de la demanda interna. La agricultura y la ganadería ecológicas no incluyen el uso de productos químicos -fertilizantes, pesticidas, antibióticos u hormonas-, “con el objetivo de respetar el medio ambiente, mantener o aumentar la fertilidad del suelo y proporcionar alimentos con todas sus propiedades naturales”, según explican en la web del Ministerio de Agricultura.
Este organismo también señala que uno de cada cuatro españoles consume prácticamente todos los días productos ecológicos. El consumidor tipo tiene los 40 años cumplidos y pertenece mayoritariamente al sexo femenino. Se trata, en general, de personas muy concienciadas con el medio ambiente y también preocupadas con el efecto adverso que pueden tener sobre la salud los pesticidas y hormonas con que son tratados los alimentos convencionales.
Uno de los obstáculos para que aumente el consumo es el precio algo mayor de estos productos, debido su elevado coste de producción. Una diferencia que para muchos de los “enamorados” de lo ecológico no es tan importante cuando ponen en la balanza los beneficios y el sabor, mucho más intenso, de estos alimentos.